Todo indica un mañana desolador. Las veredas de Concepción es el fiel reflejo de nuestra ignominia, por dejación y venalidad de servidores públicos, que devanean de sus cargos y con argucia tramitan su encargo.
Fulleros o caballeros, en este juego es lo mismo, el deterioro y mal traer de la ciudad les pasará la cuenta de su dispendio.
Que pretenden, aún no lo comprendo. Por ventura la dimisión de la ciudadanía a circular por un espacio seguro y limpio, que hoy no es más que hoyos y basura.
Por desgracia de ustedes, la resistencia de este juego será comandada por un experto en este tipo de asuntos, hasta que los palurdos berreen su equivocación.
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